En un acto que honra el legado campesino de los pueblos originarios, el Gobierno de la Ciudad de México, encabezado por la Jefa de Gobierno Clara Brugada Molina, declaró a las terrazas agrícolas de las zonas cerriles de Xochimilco, Tláhuac, Milpa Alta e Iztapalapa como Patrimonio Biocultural de la capital, reconociendo su valor como un sistema agrícola ancestral, sustentable y vivo.
Este decreto, publicado en la Gaceta Oficial el 6 de junio, representa un paso histórico hacia la protección y valoración de uno de los paisajes productivos más antiguos y resilientes del Valle de México, que sigue siendo fundamental para la identidad, economía y medio ambiente de las comunidades que lo preservan.
Un legado milenario que sigue dando frutos
Estas terrazas —construidas con piedra volcánica y sin argamasa, aprovechando la inclinación natural del terreno— datan de épocas prehispánicas y permiten el cultivo en laderas, la conservación del suelo, el control de la erosión y la retención de humedad. Más allá de su ingenio técnico, son reflejo del conocimiento profundo del territorio y de la cosmovisión de los pueblos indígenas.
Actualmente, comunidades como San Bartolomé Xicomulco, San Pedro Atocpan, Santa Ana Tlacotenco, San Francisco Tecoxpa, Santa Cruz Acalpixca, San Gregorio Atlapulco, San Juan Ixtayopan y la Sierra de Santa Catarina mantienen viva esta tradición agrícola, combinando prácticas ancestrales con un fuerte sentido de pertenencia y resiliencia.
Hacia un modelo de gestión participativa
Como parte de esta declaratoria, diversas dependencias del gobierno capitalino —entre ellas la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes, la Secretaría de Cultura, la Secretaría del Medio Ambiente y la CORENADR— trabajan junto con las y los productores en un Plan de Manejo concertado para garantizar la conservación, promoción y difusión de este patrimonio vivo.
Gracias al programa Altépetl Bienestar, ya se han rehabilitado 1,835 metros lineales de terrazas en las laderas del volcán Teuhtli, en Milpa Alta. Además, se han impartido talleres comunitarios para su cuidado y se ha publicado el libro “Terrazas prehispánicas en las laderas del volcán Teuhtli”, un homenaje al conocimiento campesino transmitido de generación en generación.
Patrimonio legal, cultural y natural
Con esta declaratoria, las terrazas adquieren reconocimiento legal como bienes de interés público. Esto abrirá las puertas a recursos públicos, inclusión en programas educativos y turísticos, así como una gestión multisectorial y participativa. En línea con la Ley de Patrimonio Cultural, Natural y Biocultural de la Ciudad de México, se reconoce así el entretejido de saberes, creencias, técnicas y biodiversidad que forman parte de la vida cotidiana de estas comunidades.
Cultivar el futuro desde las raíces
El anuncio reafirma el compromiso del Gobierno de la Ciudad de México con la protección del suelo de conservación y con la defensa de los saberes agrícolas tradicionales, como pilares de un modelo de desarrollo más justo, resiliente y en armonía con la naturaleza.
En palabras del espíritu que impulsa esta iniciativa: el futuro de la ciudad también se cultiva desde la raíz de sus tradiciones.
Deja una respuesta