Zacatecas, Zac.— Con la plaza llena y la mirada fija en el gobernador David Monreal Ávila, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no escatimó elogios: “No es un trabajo sencillo… pero la reducción de más del 70% en homicidios dolosos es un logro histórico para Zacatecas”. En un evento cargado de simbolismo político y entusiasmo popular, la mandataria federal reconoció de forma directa y reiterada los avances que el gobierno estatal ha conseguido en apenas once meses de su administración.
El tono de Sheinbaum fue claro: firme, agradecido y elogioso. “Muchas felicidades, David, por este trabajo tan importante para Zacatecas”, expresó ante miles de personas reunidas en el corazón del estado. Más allá de la formalidad del protocolo, su mensaje se sintió como una validación contundente de que Zacatecas está en la ruta correcta dentro del proyecto nacional de transformación.
Zacatecas fue presentado como un caso ejemplar. Desde la primera fila, funcionarios federales y locales asintieron mientras Sheinbaum detallaba el alcance de los programas sociales en la entidad: más de 195 mil adultos mayores reciben pensión; más de 34 mil personas con discapacidad están apoyadas; cerca de 60 mil estudiantes de nivel medio superior tienen becas. “Aquí los recursos llegan, aquí florece la transformación”, subrayó.
Lejos de una simple visita de cortesía, la presencia de Sheinbaum tuvo la fuerza de una auditoría pública con resultados positivos. “Gobernar es estar todos los días atentos a la seguridad, al bienestar, a la justicia”, dijo, y al mirar a Monreal agregó: “Ese esfuerzo cotidiano que tú haces, gobernador, está cambiando la historia de Zacatecas”. Una frase que no solo aplaudió el trabajo estatal, sino que lo elevó como referente para otras entidades.
La presidenta usó el caso zacatecano como ejemplo del nuevo paradigma federal. Dijo que México está dejando atrás el modelo neoliberal “de los de arriba para los de arriba”, para adoptar uno que riega “desde abajo, como los árboles”, y por eso —afirmó— hoy el país florece. La reducción de la pobreza a su nivel más bajo en la historia y la recuperación del salario mínimo en más de 135% fueron expuestos como pilares del nuevo modelo de justicia social.
En este contexto, Zacatecas no fue sólo anfitrión: fue protagonista. Sheinbaum destacó la coordinación entre el gobierno estatal y el federal como una alianza estratégica que permite que la transformación aterrice con eficacia en los 58 municipios. “Cuando hay honestidad, cuando hay voluntad, los resultados llegan”, enfatizó.
David Monreal, por su parte, devolvió la cortesía con fervor y metáforas. Comparó la transformación con un proceso agrícola: “Sembramos en 2006, abonamos en 2012, cosechamos en 2018 y mejoramos el fruto en 2024”. Pero lo más significativo fue su cierre emotivo: “Presidenta, en Zacatecas la queremos bien mucho”. La frase, entre risas y aplausos, selló una jornada de respaldo político mutuo.
Más allá de las porras y los vivas, quedó claro que Zacatecas ha sido adoptado por la presidenta como un estado aliado, funcional y comprometido. No sólo fue reconocida la gestión de Monreal, sino también la cultura política del estado, su gente migrante —a quienes Sheinbaum también agradeció— y su papel en la historia de la Cuarta Transformación.
En suma, Zacatecas no solo recibió a la presidenta. Le mostró que, en estas tierras de cantera y cielo azul, la transformación no es discurso, sino práctica diaria. Y en palabras de Claudia Sheinbaum, eso merece ser reconocido y replicado.
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